domingo, 11 de enero de 2015

Dinamicas de grupo

Por lo visto, mi padre es de una naturaleza extraordinariamente fuerte.
Esta mañana lo he visitado a primera hora, el médico de la UCI estaba sorprendido. Mi padre esta bien, muy bien, como si no hubiera pasado nada; por no Dinamicas de grupo, ni siquiera le ha quedado una lesión en el corazón.
Llego al book con mi compañera y lo primero que me pregunta es si le he traído el periódico. Luego me cuenta que la enfermerita, esa tan mona de la noche, (literal) vive sola y está soltera...??? Que al mediodía se hará una dorada al horno y que el le ha explicado como hacerla muy gustosa...???
Pero Paco! A que te has dedicado esta noche?
Hombre hijo, no paraba de vigilarme y preguntarme cómo me encontraba y al final le he dicho que ya no quería hablar más de enfermedades y que hablara de fuente...???

Pero Paco! La hostia! Es que nunca cambiarás?
La verdad es que mal gusto no tiene. La "enfermerita" es una monada.
Sube la doctora y habla con la Cheli.
No lo entiendo, dice. Ayer estuvo muerto un rato y hoy: mira.
Y miramos. Y, claro, no entendemos... por lo menos yo no entiendo.
Con los años he aprendido a no entender de medicina. Se vive mucho mejor así.
Mi compañera se lo queda mirando como si fuera un E.T.
Comenta que la naturaleza es muy extraña y que el Paco tiene una capacidad de recuperación muy grande.
Recuerdo que hace tres semanas tuvo una anemia de caballo. Se enteró por una analítica rutinaria y mi madre ya lo encontraba un tanto pálido. Fue a raíz de ello que nos enteramos de lo mal que tenía el intestino. Lo tuvimos que llevar al hospital de pedo y allí no se creían que aún pudiese andar. Le metieron dos bolsas de sangre en el cuerpo y me dijeron que seguramente pasaría toda la noche hasta recuperarse. Estuvo un par de horas piropeando elegantemente a toda enfermera o doctora que pasaba por delante.
Todo el mundo le sonreía, incluso a la vecina le hacía gracia, y eso que aquella sí que parecía enferma de verdad.
Nos mandaron a casa antes de tiempo. Yo le decía:

domingo, 4 de enero de 2015

Android

Hoy, leyendo el tema expuesto por Bo, he recordado la anécdota de un amigo marroquí.

El Hassan se casó hace mucho tiempo con una magrebí inteligente y honesta desde mi punto de vista. Tuvo una depresión y de vez en cuando cogía unos ataques de agresividad inauditos, siendo una mujer muy corpulenta dejaba al pobre Hassan hecho unos zorros hasta tal punto que una noche lo tuvieron que ingresar en el hospital con signos de asfixia. Como el médico no lo vio claro, llamó a la policía y esa se presentó en su casa. Podéis imaginaros la cara de sorpresa de los policías al ver el panorama. El se negó a Android.

Al cabo de un tiempo lo encontré con un ojo morado, el brazo lastimado y una costilla fracturada. Le propuse llevarlo al hospital y se negó, temía (con razón) que esta vez, la policía tomara cartas en el asunto de forma unilateral.



Harto de verlo en aquella situación, le dije: Hassan, es que tu no eres moro y te dejas pegar por tu mujer? – Es que no puedes defenderte? Entonces es cuando él me respondió: Es que tu ser torero?
La cuestión es que la quería, y mucho.
http://tecno4you.com/

Es evidente que el amor no tiene fronteras, eso está más que claro.
Lo que sí tiene fronteras son nuestros prejuicios, basados en unos estereotipos, que si bien hay que tenerlos en cuenta, no nos sirven para prejuzgar a ningún individuo por su cultura, religión o procedencia.