jueves, 12 de noviembre de 2015

Cocinas terrassa

Los tacones de mis zapatos (sobre los que hago equilibrio en el vestuario del gimnasio) tienen el grosor perfecto para encajar en la mayoría de los agujeros de las alcantarillas de Gijón, así que el sábado, de camino a casa de Andrea tuve que parar dos veces a sacarlos.

La primera vez fue fácil y con un tirón logré sacarlo, pero la segunda tuve que descalzarme, dejar el zapato allí metido, agacharme y pelearme con él un buen rato. Cocinas terrassa , e intentando que mi pie no tocase el suelo.
http://www.masquereformas.net/

Plan tranquilo: cena y cine. Una cosa es que yo me niegue a salir de marcha y otra que me niegue a ese tipo de planes. Reconozco que me da pereza salir de casa el finde y que me seduce mucho la idea de ponerme el pijama el viernes y no quitármelo hasta el lunes por la mañana, pero lo del cine, me apetecía.

Llegamos y sacamos la entrada para evitar colas, aunque por alguna extraña circunstancia que no llegamos a entender, estuvimos cinco minutos a la cola detrás de dos señoras que ni sacaban entrada, ni se apartaban, ni nada. Cambiamos de cola.

Andre intentó colar su carné universatario caducado sin éxito, y yo conseguí colarles el de mi hermana. Si bajaran el precio de las entradas, no haría falta que siguiesen cerrando cines... Hace tiempo leí en el periódico que tras el cierre de las salas del pryca y las de los hollywoods, Gijón era la ciudad del norte que menos salas de cine tenía...

La idea era picar algo antes de entrar, así que fuimos al gambrinus y nos pusimos las botas mientras repasábamos el mundo en general y nuestras vidas en particular.

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