miércoles, 11 de noviembre de 2015

Dieta saludable

Por lo visto cogimos un taxi y fuimos para casa de Eli; por lo visto yo me encerré en el baño y no quería salir, por lo visto cuando decidí salir me arronché una cama entera para mi y les dejé a ellas (que eran tres) la otra; por lo visto las otras llamaban para preguntar que tal.

No sé cuanto tiempo estuvimos allí ni porqué fuimos a casa de Eli, pero por lo visto luego nos fue a buscar Blin con el coche y me trajo a casa. No sé cómo subí, ni como abrí, ni como me desvestí para meterme en la cama; sé que llamé por teléfono a Medea y que estuve hablando con ella un rato pero ni aunque me mates sé de qué hablamos.
Dieta saludable

http://a-dieta.net/
Esta mañana a las doce había una manifestación contra los toros y queríamos ir. Cuando me picó Mede todavía estaba borracha, quiero decir, intoxicada etílicamente.

Quedamos luego todas para cenar juntas en una casa, así que supongo que me avergonzarán contándome cosas que yo no recuerdo...
Hace algo menos de un mes las cosas con él ya no iban del todo bien. A mi me daba la sensación de que pasaba de mi, de que ya no era tan importante en su vida y de que cualquier plan le era más apetecible que quedar conmigo.

Discutimos muchas veces y le eché en cara sus actitudes muchas veces, siempre me decía que lo sentía, que me quería mucho, que era lo más importante de su vida y otro montón de cosas que ya no recuerdo porque nunca me creí. 

Llegó un punto en el que perdí la ilusión, en el que dejé de ilusionarme con sus promesas y dejé de creer en sus palabras; dejé tambien de reprocharle cosas, dejé de protestar y de intentar cambiarle. Yo quería estar con él de todas formas, así que aceptaba siempre lo que él proponia.

Era un viernes, los viernes es nuestro día, solemos quedar para cenar juntos. Ese viernes (como los tres anteriores) no ibamos a quedar "porque ya quedé con estos", al principio me lo tomé con la resignación que llevaba fingiendo un tiempo, pero luego le llamé al móvil y le dije algo así como que estaba harta de él, que le odia por no hacerme sentir que era imporante para él y otro millón de cosas más que tampoco recuerdo a pesar de creérmelas firmemente.

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